Aproximarse al arte siempre depara sorpresas agradables o desagradables, dependiendo del gusto. Tanto si tu intención es valerte de un cuadro para aportar cierta distinción a una estancia como si lo que buscas es un bien que genere una revalorización futura, exponer la mente al capricho de las epresiones artísticas va siempre en beneficio del conocimiento más sensible.
Las obras de los virtuosos que volcaron su particular visión del mundo en lienzo o en piedra, entre una multitud de disciplinas como también puede ser el videoarte, llegan hasta ti a través de múltiples cauces. Los museos y exposiciones públicas son la garantía de una tarde perfecta, pero existen otros espacios donde dejar volar tu imaginación. En este contexto, encontramos las galerías de arte, empresas con una doble función, puesto que al margen del sentido mercantil que las constituye, colaboran en el conocimiento y la difusión del arte.
Estas a su vez tambien lanzan al mundo del arte a nuevos valores, donde en muchos casos son el cañón que los catapulta a la fama gracias a su contrato con las galerías. Para localizar las piezas que formarán parte de la galería, existen varios métodos: En cuanto a los artistas actuales vivos, se conecta con ellos; bien por propia iniciativa de los artistas, que ofrecen su obra presentándola en galerías o en ferias, o bien a través de premios de pintura y escultura, en escuelas en Bellas Artes. Donde tambien se apuesta por aquellas que cumplen con ciertos criterios de calidad.En cuanto a los artistas del pasado que ya cuentan con reconocimiento, la existencia de una historiografía muy completa sobre el mundo del arte a la que se recurre para recopilar las obras, es fundamental para el perfecto funcionamiento de la galería. El reparto de porcentajes entre conocidos y no conocidos inclina la balanza hacia los valores seguros, ya que artístas jóvenes o promesas suelen rondar el 10 o el 15% y que tengan cierto nivel.
Con lo relacionado a la compra, existen tres clientes principales: el coleccionista, el aficionado y el inversionista. El primero es un personaje motivado por unos conocimientos del mercado: sabe bastante bien lo que quiere. EL aficionado es el que más duda a la hora de comprar, guiandose por principios muy básicos y con el fin decorativo y el inversor se mueve en valores de cierto nivel porque se tienen unas expectativas concretas.
A nivel económico, determinar la rentabilidad a largo plazo de una pieza es complicado: si un artista está presente en el mercado, lógicamente su obra siempre irá a más. En lo que respecta a los nuevos artistas, acertar es siempre difícil porque constituyen una mayor incógnita. Se parte del disfrute estético, pero no hay matiz de inversión.
Las ferias son a su vez una gran ayuda para las galerías donde permiten ayudar a la publicidad de estas mediante la exposición de sus obras en venta y como no la utilización de internet como herramienta de negocios. Ya que en al actualidad el problema de movilidad es importante, por eso cada vez más las galerías abren sus puertas via online, para darse mejor a conocer y así facilitar la compra al cliente que comodamente podrá disfrutar de un paseo interactivo y elegir tranquilamente la obra que más le guste o le convenga. Y de estas ideas nace "lechat noir", un escaparate del arte abierto a todo el público. Buscando la funcionalidad
El aficionado busca una obra de arte fundamentalmente como elemento decorativo. En palabras de Espel, este comprador "tiene un espacio, una vivienda nueva, un local, una oficina, etc. y quiere decorarlo de una forma digna o muy digna; no está buscando una faceta inversora en su compra, sino estética y decorativa". Dentro de este tipo de relación comercial, Espel insiste en lo necesario que resulta la consulta al experto.
La importancia del asesoramiento
La profesionalidad que exige una empresa dedicada a la compra-venta de arte merece capítulo aparte, es por ello que, en el momento de comprar, dejarse aconsejar por un experto evita malos movimientos. "El asesoramiento es fundamental, otra cosa es que se pida. Desgraciadamente, se pide menos del que sería deseable" admitió el especialista, "todo comprador debería asesorarse y comprar en sitios buenos y con garantías".
¿Pintura o escultura?
La pintura tiene más adeptos que la escultura pero, tal y como declaró Espel, se trata de "dos reglones igual de válidos". "En términos generales, hay mucha más pintura que escultura porque la gente está más acostumbrada a comprar algo para colgar que para situarlo en un espacio". No obstante, los mejores tiempos para la escultura están por venir porque "es un objeto que produce una gran satisfacción en el que lo aprecia".
España contradictoria
Actualmente, nuestro país goza de un mercado excelente pero que todavía debe alcanzar niveles óptimos. "En el ámbito profesional, estamos en una posición tan buena como el resto de naciones, pero en el terreno de los compradores, estamos mucho más bajos". En este sentido, España aparece como la reina de la paradoja: "tenemos un desfase importante ya que poseemos una gran tradición de arte, unos magníficos artistas, pero con un mercado, en el sentido comercial, muy poco desarrollado".
La revalorización del arte
Determinar la rentabilidad a largo plazo de una pieza es complicado: "por un lado está el artista y por otro la individualidad de la obra. Si realmente estamos hablando de un artista que está presente en el mercado, lógicamente su obra siempre irá a más; tendrá momentos, pero siempre irá a más". Espel confesó que, en lo que respecta a los nuevos artistas, acertar es siempre difícil porque "constituyen una mayor incógnita. Se parte del disfrute estético, si va a más, mejor, pero no hay matiz de inversión".
Los catálogos razonados
Partiendo de una exhaustiva investigación, los catálogos razonados ordenan de forma completa la obra de un artista, ya sea de una faceta en concreta o en general. Espel comentó que "son herramientas de trabajo muy importantes para el profesional y para el comprador: compilan y autentifican toda la obra, la documentan al máximo, se eliminan posibles falsos, etc."
La oportunidad de las ferias
De cara al público, estas citas facilitan la difusión del arte: "cada vez da más pereza acercarse físicamente a las galerías y anticuarios, hay cierta crisis de aproximación hacia estos lugares. En este sentido, las ferias cumplen una función esencial. Si bien es cierto que hacen perder la individualidad de la galería, garantizan cierta afluencia de gente". Según Espel, existen suficientes encuentros de esta clase, pero las galerías de arte moderno y contemporáneo necesitan una feria alternativa a ARCO que por fin verá la luz el año que viene.
La galería virtual
Adecuar un negocio a las nuevas tecnologías es una tarea que Galería Mun tiene más que aprendida. Según el director de la sala, "Internet es un capítulo al que le hemos prestado atención desde un principio y lo cuidamos bastante, siendo muy conscientes de lo que da de sí una galería virtual". La web es un buen escaparate para el primer contacto pero la venta on-line aún queda lejos para este tipo de bien: "no es muy fácil porque el producto debe verse, tocarse, etc."